La Fibrolisis Diacutánea (FD) es una técnica de fisioterapia que se empieza a conocer en Europa de la mano de Kurt Ekman (a finales de los años 60). Este fisioterapeuta sueco colaboró con James Cyriax en los años 50 y se basó en su técnica del Masaje Transverso Profundo (MTP) para desarrollar su técnica de FD. A partir del análisis del MTP observó que la palpación manual era imprecisa y en ocasiones no llegaba a alcanzar adherencias situadas en profundidad, por lo que ingenió los “Crochets” (ganchos), que permiten un acceso más específico y profundo en el tejido fibroso.
Se han necesitado varias décadas de evolución para llegar a lo que conocemos hoy como FD. A principios de los años 90, esta técnica llegó a España de la mano de los profesores Pierre Duby y Jean Burnotte, miembros del Grupo Belga de Investigación de la Fibrolisis Diacutánea (GERDF). Burnotte y Duby han tenido un papel muy relevante a la hora de dar a conocer esta técnica. En 1988, en uno de sus artículos describen perfectamente los Crochets y la forma de utilización. También, definen la FD como una técnica que consiste en una tracción suplementaria destinada a elongar, incluso a romper, las fibras conjuntivas de la adherencia, en la etapa final de la palpación instrumental.
En la mayoría de lesiones musculares se puede comprobar la existencia de “puntos gatillo” que, en ocasiones, son inabordables con el dedo. El gancho permite reestructurar la función actuando de forma física y directa sobre estas disfunciones. Por otra parte, parece tener capacidad para intervenir en la neuromodulación y en el equilibrio secretor de las sustancias histoquímicas de la inflamación y del dolor, reduciéndolos.
Como afirmaban Burnotte y Duby, uno de los principales “objetos diana” de la FD son las adherencias, definidas como elementos organizados entre estructuras que deberían estar separadas desde un punto de vista físico y funcional y por el contrario se encuentran unidas con la consecuente modificación de la normalidad biomecánica y neurofisiológica de un tejido. Cuando existe alguna adherencia en el tejido muscular, el resultado es la modificación vectorial de la fuerza muscular (los tejidos no se estructuran de forma fisiológica), por tanto, existe una modificación biomecánica con relación a las articulaciones donde inciden los vectores musculares implicados y, a veces, termina apareciendo dolor. Cuando existe alguna adherencia en el tejido fascial o de sostén, se acompaña de pérdida de elasticidad tisular. Por tanto, cuando hay una hipersolicitación de una estructura afectada por adherencias, va a inducir modificaciones neurológicas, mecánicas, vasculares y funcionales. Según la importancia de la alteración, la pérdida de movilidad será compensada por otra estructura. La compensación se puede realizar a distancia (a veces considerable) y puede solicitar otro tipo de estructura pudiéndonos llevar a error y desviándonos de la causa inicial de la disfunción. Por ello, para una valoración adecuada del paciente, SIEMPRE se debe buscar el origen de la disfunción, explorando regiones alejadas del foco del problema y teniendo en cuenta la anatomía desde el punto de vista mecánico, circulatorio y nervioso.
Algunos autores han demostrado la eficacia de la FD. Loro y cols.5 aplicaron FD además del tratamiento convencional de fisioterapia a una paciente con fractura de tobillo, consiguiendo aumento de la movilidad articular, mejora de la distrofia y disminución del dolor. Veszely, Guissard y Duchateau, consiguieron una disminución de la “tensión permanente” o “tensión pasiva” del músculo estudiado tríceps sural solo con FD y consiguieron también una ganancia de la movilidad hacia la flexión dorsal, mantenida en el tiempo. Barra y cols. diseñaron dos estudios para comprobar
los efectos que se obtienen tras FD aplicada en pacientes con dolor de hombro, demostrando que mejoraban más los pacientes tratados con FD que los que no, o que los pacientes que recibían una “fibrolisis placebo” (el paciente siente que se le está tratando con el gancho, pero el fisioterapeuta no lo introduce en la profundidad de los surcos intermusculares sino que se queda a nivel superficial).
Por tanto, recurrir a la técnica de FD puede mejorar los resultados obtenidos con la fisioterapia convencional, ya que muchas disfunciones consisten en la afectación de la estructura fascial y consecuentemente, muscular; donde probablemente se encontrarán adherencias entre las estructuras y la musculatura adyacente, así como, compensaciones, alteraciones biomecánicas, circulatorias y/o neurales.
Referencias:
- Ekman K. Eine neue Methode der Fibrolyse zur Unterstützung der Manuellen Therapie. Manuelle Medizin 1972;10: 3-6.
- Tricás JM, Lucha O, Duby P. Fibrolisis Diacutánea según el Concepto de Kurt Ekman. Asociación Española de Fibrolisis Diacutánea. Ed. 2010.
- Burnotte J, Duby P. Fibrolyse Diacutanée et algies de l’appareil locomoteur. Kinésithérapie Scientifique, 1988; 271:16-18.
- Tricás JM, Lucha MO, García B, Jiménez AI. Fibrolisis Diacutánea: Fundamentación teórica y práctica. Terapia manual venezolana, noviembre 1998; 1 (2): 17-21Loro C, Lucha MO, Caudevilla S, Marín E, Tricás JM, Estébanez E. Fibrolisis diacutánea: tratamiento de un caso. Cuestiones de Fisioterapia, 2000: 9-16.
- Loro C, Lucha MO, Caudevilla S, Marín E, Tricás JM, Estébanez E. Fibrolisis diacutánea: tratamiento de un caso. Cuestiones de Fisioterapia, 2000: 9-16
- Veszely M, Guissard N, Duchateau J. Contribution à l’étude des effets de la fibrolyse diacutenée sur le triceps sural. Ann. Kinésithér., 2000; 27(2):54-59.
- Barra ME, López C, Fernández G, Murillo E, Villar E, Raya L. The inmediate effects of diacutaneous fibrolysis on pain and mobility in pacients suffering from painful shoulder: a randomized placebo-controlled pilot study. Clinical Rehabilitation, 2011; 25: 339-348.
- Barra ME, López C, Fernández G, Raya L, Lucha MO, Tricás JM. Effectiveness of Diacutaneous Fibrolysis for the treatment of subacromial impingement syndrome: A randomized controlled trial. Manual Therapy, 2013;18:418-424.