El entrenamiento funcional se basa en entrenar con un propósito, es decir, debe tener un efecto positivo en las actividades de la vida diaria (AVV) o deporte que se practica.
Se trata de un programa con diversidad de ejercicios y un enfoque de entrenamiento integrado, para mejorar la fuerza y el estado físico de las personas que lo practican. En sus orígenes este método de entrenamiento funcional estaba destinado a ámbitos de la rehabilitación y la medicina deportiva.
Los rehabilitadores y terapeutas no sólo tienen que devolver a la persona a su patrón de vida cotidiano sino también al más alto nivel para que los preparadores físicos puedan recuperar su máximo rendimiento.
«Cualquier entrenamiento debe estar enfocado a un objetivo»
En el entrenamiento funcional el terapeuta que trabaja con una persona que ha sufrido una lesión enseña al paciente a realizar y recuperar las AVV; por tanto, fortalecer los grupos musculares agonistas y antagonistas para poder corregir y mantener una postura correcta y eficiente durante sus tareas normales. Es lo que se conoce como entrenamiento funcional, todo entrenamiento enfocado y diseñado específicamente hacia un oobjetivo concreto.
El entrenamiento funcional comprende todas las características del movimiento humano. Para conseguir tener una conciencia adecuada acerca de nuestro organismo, la persona estudia y entiende las características del movimiento humano, observando a cada persona en concreto, y en sus AVV.
Tanto en la vida, como en el deporte, nuestro entrenamiento se debe basar en la realidad de cada persona. Por lo que un buen entrenador funcional debe tener la capacidad de ajustar estos entrenamientos a cada persona y esto marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso del entrenamiento.